En caso de robo de niños, menos de tres mil minutos es todo el tiempo que se tiene para recuperar a la víctima, pues de lo contrario la misión se vuelve casi imposible.
Niñas y niños menores a 17 años son los blancos predilectos de las redes de tráfico de personas, delincuencia que si en las principales ciudades del país opera con cierta facilidad, en regiones marginales o incomunicadas encuentra plaza libre.
Las víctimas son producto de la causalidad ya que la casualidad está un tanto lejos.
Es causalidad cuando:
- Papá, mamá o tutor realizan las mismas acciones todos los días (Rutas para dirigirse a la guardería, la escuela, el trabajo, con algún familiar o al centro deportivo, entre otros ejemplos).
- Al estar en un parque, restaurante o en la calle, papá, mamá o tutor se distraen “por un segundo” con la tablet o el teléfono móvil.
- Alguien desconocido obtiene cualquier tipo de información relacionada con el hogar.
- En redes sociales se encuentran las fotos de mamá, papá e hijos.
Cualquier parpadeo es suficiente para que la delincuencia lastime a la familia.
La Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública carecen de una base de datos coordinada y confiable que refleje la cifra exacta de niñas y niños robados, sin embargo, y pese a la desconfianza que se pueda tener con la autoridad, lo que inmediatamente se tiene que hacer ante el robo de un menor es dar aviso a la policía. Recuerda: quedan 48 horas y están contando.
En este sentido, la SSP del Distrito Federal puso en línea la aplicación para dispositivos móviles Mi Policía K8 (disponible aquí), de acuerdo con el Maestro Pablo Camacho Sánchez, director de Coordinación Interinstitucional y Territorial en la Secretaría de Seguridad Pública del DF.
Con ella, automáticamente se detecta la zona en la que se encuentra la víctima y se proporciona nombre y teléfono de los comandantes más cercanos, quienes tienen que estar en el lugar del incidente en menos de un minuto.
Camacho Sánchez comentó que esta aplicación para móviles también se podría implementar en toda la República.
A diferencia de las drogas – que es un producto que se produce y se vende – el tráfico de personas deja mayores dividendos a la delincuencia, pues a una mujer se le puede "rentar" muchas veces y de cada una se obtiene ganancia.
Los blancos principales de la delincuencia son niñas y niños menores a 17 años porque son personas a las que más fácilmente se les puede someter física y psicológicamente.
Camacho Sánchez apuntó que en lugares incomunicados como las sierras, es común que a las mujeres les roben a varios de sus hijos. “Si en su pueblo no hay registro civil y para llegar a él tienen que gastar dinero que no tienen, los niños se quedan sin acta de nacimiento, por lo que al ser sustraídos no hay forma de comprobar su existencia”.
Para casi cualquier padre de familia debe ser un horror psicológico el sólo imaginar una situación así, por lo que si es sabido que dentro del marco legal existen factores de inoperancia, lo más viable es cerciorarse de la seguridad de la familia.
Para tener en mente:
Ninguna política pública, ningún especialista, nadie en particular cuidará de su persona como usted, ya que sólo en sus manos está procurar, alcanzar y mantener la salud, pues el mejor aliado es quien se refleja cuando se está frente al espejo. Fuente
Niñas y niños menores a 17 años son los blancos predilectos de las redes de tráfico de personas, delincuencia que si en las principales ciudades del país opera con cierta facilidad, en regiones marginales o incomunicadas encuentra plaza libre.
Las víctimas son producto de la causalidad ya que la casualidad está un tanto lejos.
Es causalidad cuando:
- Papá, mamá o tutor realizan las mismas acciones todos los días (Rutas para dirigirse a la guardería, la escuela, el trabajo, con algún familiar o al centro deportivo, entre otros ejemplos).
- Al estar en un parque, restaurante o en la calle, papá, mamá o tutor se distraen “por un segundo” con la tablet o el teléfono móvil.
- Alguien desconocido obtiene cualquier tipo de información relacionada con el hogar.
- En redes sociales se encuentran las fotos de mamá, papá e hijos.
Cualquier parpadeo es suficiente para que la delincuencia lastime a la familia.
La Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública carecen de una base de datos coordinada y confiable que refleje la cifra exacta de niñas y niños robados, sin embargo, y pese a la desconfianza que se pueda tener con la autoridad, lo que inmediatamente se tiene que hacer ante el robo de un menor es dar aviso a la policía. Recuerda: quedan 48 horas y están contando.
En este sentido, la SSP del Distrito Federal puso en línea la aplicación para dispositivos móviles Mi Policía K8 (disponible aquí), de acuerdo con el Maestro Pablo Camacho Sánchez, director de Coordinación Interinstitucional y Territorial en la Secretaría de Seguridad Pública del DF.
Con ella, automáticamente se detecta la zona en la que se encuentra la víctima y se proporciona nombre y teléfono de los comandantes más cercanos, quienes tienen que estar en el lugar del incidente en menos de un minuto.
Camacho Sánchez comentó que esta aplicación para móviles también se podría implementar en toda la República.
A diferencia de las drogas – que es un producto que se produce y se vende – el tráfico de personas deja mayores dividendos a la delincuencia, pues a una mujer se le puede "rentar" muchas veces y de cada una se obtiene ganancia.
Los blancos principales de la delincuencia son niñas y niños menores a 17 años porque son personas a las que más fácilmente se les puede someter física y psicológicamente.
Camacho Sánchez apuntó que en lugares incomunicados como las sierras, es común que a las mujeres les roben a varios de sus hijos. “Si en su pueblo no hay registro civil y para llegar a él tienen que gastar dinero que no tienen, los niños se quedan sin acta de nacimiento, por lo que al ser sustraídos no hay forma de comprobar su existencia”.
Para casi cualquier padre de familia debe ser un horror psicológico el sólo imaginar una situación así, por lo que si es sabido que dentro del marco legal existen factores de inoperancia, lo más viable es cerciorarse de la seguridad de la familia.
Para tener en mente:
Ninguna política pública, ningún especialista, nadie en particular cuidará de su persona como usted, ya que sólo en sus manos está procurar, alcanzar y mantener la salud, pues el mejor aliado es quien se refleja cuando se está frente al espejo. Fuente
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